La convicción y vehemencia con que Eric encara la vida suponen un ejemplo paradigmático de maduración precoz y obligada. Marcado por la partida de su padre a Chile, desde donde lo anima a perseguir sus sueños, Eric se ha abierto paso en el mundo a base de esfuerzo y confianza en si mismo. La misma que irradia cuando se aventura a decir que en diez años se ve “entrenando al Atlético de Madrid”, o con que expresa unos propósitos más realistas: “al acabar la ESO, haré un ciclo de deportes y, posteriormente, iré a la universidad a hacer CAFE”.

Llegado a INSERsport después de que en las oficinas de su club, el Can Rull de Sabadell, le recomendaran el curso, Eric se ha convertido en uno de los miembros más queridos del grupo. “El concepto de compañeros se queda corto, ahora somos buenos amigos”, explica el joven, que también valora positivamente la labor realizada por los profesionales que rodean al grupo por su empatía y comprensión.

Más allá de la satisfacción social, Eric destaca la asunción de conocimientos que el proyecto brinda como el mejor regalo que se lleva: “INSERsport es una gran experiencia porque te brinda una perspectiva diferente del futbol: ya no pienso solo como delantero, sino que tengo una visión más completa que enriquece mi juego”.