Abderrahim es uno de los muchos jóvenes que aterrizaron en INSERsport gracias a la orientación del centro de La Fletxa de Premià. Criado en una familia de cinco donde solo trabaja el padre, Abderrahim vio en nuestro proyecto la oportunidad idónea para aportar a la economía doméstica sin tener que renunciar a unos estudios de secundaria que, a sus 16 años, ya están encarando su recta final y, por tanto, son más exigentes.
Mientras se debate entre seguir formándose a través de un módulo o de un grado de informática, Abderrahim tiene claro que su objetivo a corto plazo es ser árbitro: “Si te gusta el futbol, la labor arbitral te permite ganar dinero ejerciendo un rol importante dentro del deporte que te apasiona”, declara el joven, que explica también que “lo mejor de la formación ha sido conocer normas inéditas y profundizar en aquellas que ya conocía”.
Preguntado por la estructura que rodea la formación para obtener la licencia de árbitro de futbol sala, Abderrahim no duda en señalar al equipo de psicólogos como el entramado diferencial: “En las clases de psicología aprendemos a controlar las emociones, lo cual supone un aprendizaje muy útil tanto para el arbitraje como para la vida diaria”.