Adrià Lozano es el perfecto paradigma de emprendimiento y de motivación por nadar a contra corriente. Comenzó a trabajar con 12 años como segundo entrenador de futbol. Desde entonces, no ha parado. Con 16 años se fue a Tossa todo el verano a impartir un curso de submarinismo, tiene el título de entrenador y nutricionista personal y ahora es autónomo y regenta su propio bar. Todo esto con tan solo 19 años. Y aún ha querido sumarse a la formación de INSERsport para conseguir la licencia de árbitro de futbol sala.
“Necesitaba un trabajo para los fines de semana que me sirviera para pagar la gasolina del coche”, afirma con el tono despreocupado de quien contempla el trabajo como una rutina. Sin duda, su bagaje laboral le ha ayudado a “ser más fuerte y maduro” y a buscar su propia suerte, convirtiéndolo en un adolescente atípico. Ahora, explota todas las vías que INSERsport le ofrece.
“La flexibilidad del curso me permite marcharme a les seis si tengo que trabajar, y las clases de competencias básicas de Teresa enseñan técnicas de liderazgo, motivación y seguridad, elementos clave para un autónomo como yo”, explica un Adrià agradecido por la oportunidad recibida. «Ha sido un periodo genial. INSERsport te permite acceder a un mundo laboral cada vez más complicado”, admite este joven tan adulto.