Aunque Mònica cuenta ya con un cierto bagaje en la formación de jóvenes en riesgo de exclusión social después de tres años participando en proyectos en Sant Roc o Bon Pastor, la edición actual ha sido la de su bienvenida a la familia de INSERsport. Con un grupo heterogéneo en cuanto a la procedencia de sus miembros pero unido por una actitud vital coral, Mònica ha podido transmitir en un ambiente proclive todos sus conocimientos sobre las reglas del juego, la labor y tipología de auxiliar de mesa o los conceptos analíticos de visionado del partido.
Una de las claves del éxito del curso impartido por Mónica ha sido, con toda seguridad, que la formadora ya sabía a qué se exponía: “Estos chicos arrastran al aula todo lo que llevan de casa. A veces, están tensos y te tienes que acercar a ellos y tranquilizarlos”. En estos casos, se tiene que buscar una forma de canalizar esta frustración y convertirla en atención: “Se les tiene que hacer partícipes. Fomentar el role-playing y el trabajo en equipo, ya que entre ellos se entienden”, recomienda Mònica.
Y es que, según esta formadora, darle una misión a los jóvenes, sobre todo si está relacionada con un elemento tan adictivo como el deporte, es fundamental para que se centren: “Tener una responsabilidad es magnífico. Y más si saben que con el dinero que ganen pueden ayudar en casa”.